martes, 30 de agosto de 2005

Cindy Sheehan, la madre del soldado que murió por una mentira

Félix Población

Dice Cindy Sheehan, la madre norteamericana que busca a Bush para que le explique la causa noble por la que según el presidente perdió la vida su hijo, que el soldado Casey, de 24 años, murió por una mentira. No va a ser una frase difícil de sortear para la opinión pública estadounidense. Tiene, formal y conceptualmente, una expresividad y fuerza en creciente expansión dentro de la sociedad de aquel país.

Hasta que perdió a su primogénito, Cindy Sheehan fue una mujer tradicional, dedicada a su familia y con unas sólidas convicciones como creyente y practicante católica. Hoy, tras divorciarse de su marido con el que se casó a los 20 años tras un largo noviazgo de adolescencia, la ciudadanía más proclive a la estrategia armada de Bush en el mundo la considera una antipatriota por reclamar que las tropas regresen de Irak. Cindy considera en cambio que es una obligación patriótica proteger a su país del gobierno que montó esa guerra.

La madre del soldado muerto por una mentira, después de acampar durante este verano ante el rancho en Tejas del presidente, prepara su viaje a Washington para cercar con la ejemplaridad de su frase la conciencia de Bush parapetada en la Casa Blanca. Es muy probable que Cindy Sheehan y el presidente no se encuentren nunca.

Tal cita, que podría configurar un final de genuino sabor americano en la convencional filmografía hollywoodense, no tiene cabida en la arrogante gestión política configurada por la actual administración Bush. Las palabras de la madre, además, están rebasando la simbólica libertad de expresión para erigirse en bandera de un estado de opinión en ascenso y cada vez más convencido de que ya son casi 2.000 los soldados muertos por una mentira.

Es muy posible que el ejemplo de Cindy Sheehan recuerde cada vez más a los norteamericanos otra gran mentira no muy distante que costó a la nación más de 50.000 hijos fallecidos en acción de guerra en Vietnam. Entonces y ahora, los versos del poeta Roberto Peyrano son una cita de oportuna y obligada lectura en pro de la dignidad humana:

¿Por qué, soldado americano vas a la guerra?
No sabes que en el frente de batalla
Con tu último suspiro sellarás tu suerte
Y si no es la tuya, sólo sembrarás la muerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un poema para divulgar.

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