viernes, 15 de septiembre de 2006

Benedicto XVI y Mahoma

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Félix Población

El viaje de Benedicto XVI a su Alemania natal tenía toda la traza de una rememoración sentimental por el itinerario biográfico y apostólico de Su Santidad. Por una vez, y sin que sirva de precedente, a quien suscribe estas líneas le pareció demasiado fugaz la información en los telediarios públicos del viaje papal. ¿Qué fue de aquel levítico corresponsal de TVE afincado en Roma que con tanto celo sirvió al anterior pontífice? Hubiera sido grato comprobar con más detenimiento el humanizado perfil que presta a Benedicto XVI compartir imagen con su octogenario hermano y sacerdote, ambos de paseo por las calles bávaras. ¿Recuerdan ustedes la dedicación que le prestaba nuestra televisión pública a los circuitos polacos de Wojtyla entre Vírgenes y Solidarnosc?

Pero lo peor de esta visita papal a su país no ha estado en la programación reducida de esa imagen emocional, sino en los propios labios de Su Santidad. Benedicto XVI, que a lo largo del año y pico de su cauto pontificado ha recibido incluso algunas flores de parte de los teólogos más liberales, no ha sabido estar a la altura de las manifestaciones pacifistas expuestas desde El Vaticano en los últimos meses. Antes al contrario, y sorprendiendo incluso a quienes esperaban de su inteligencia más discreción y ecumenismo, el Papa ha pecado de grave irresponsabilidad con un traspié de genuina inspiración bushiana.

En las vigentes circunstancias internacionales, y teniendo a su disposición autores mucho más concordes con la búsqueda de la necesaria avenencia, el pontífice ha recurrido a un emperador bizantino, Manuel II Paleólogo (1350-1425), en guerra con el Islam, que ante el permanente asedio de los turcos buscó la ayuda de Occidente y sostuvo que el profeta Mahoma sólo había traído violencia al mundo.

Varios dirigentes de la comunidad musulmana internacional han exigido disculpas al Papa por esa cita durante su discurso en la Universidad de Ratisbona. Entre ellos está el máximo líder islámico en Turquía, país que visitará Benedicto XVI en noviembre próximo, para mayor inoportunidad de la referencia.

La única excusa que ha salido de fuentes vaticanas, en la voz de don Federico Lombardi, es que no se quería herir los sentimientos de los creyentes musulmanes, sino rechazar toda violencia basada en la religión, como si la católica, apostólica y romana estuviera libre de ese pecado. Para colmo de inoportunidades, y después de haber preguntado por Dios en Auswitz, un libro de cierta solvencia acaba de confirmar el pecado hitleriano de juventud de Benedicto XVI, aunque haya sido por autoconfesada obligación.

RedDiario
Artículo (16-IX-06):
INCREMENTAR EL FANATISMO

El discurso del Papa en Ratisbona es una larga reflexión filosófica, para un público académico versado, sobre la dicotomía que él, por supuesto, considera falsa entre la razón y la existencia de Dios. El texto tiene la enjundia que se espera de su autor. Pero es perfectamente inasible para quienes al final son movilizados en contra de algunas de sus palabras. En este sentido, el discurso del papa Ratzinger como reflexión contra el fanatismo religioso sólo tendrá el efecto muy inmediato y manifiesto de incrementar este fenómeno. No es la suya la mejor manera de fomentar el diálogo entre religiones. Hubiera sido mejor que hubiera buscado otra cita, y a ser posible del propio cristianismo y no del islam, para rechazar la relación entre violencia y Dios.
Editorial del diario El País.

Artículo (17-IX-06):
LOS ASOMBROSOS DISLATES PAPALES
Parece mentira que un papa, al final un hombre, que pasa en su círculo religioso y fuera de él por ser tan 'inteligente' hasta el extremo de haber sido elegido pontífice por eso mismo (es un suponer), incurra en semejante desatino con su discurso urbe et orbe en Ratisbona. Un discurso que, envuelto en la anécdota, va contra el islamismo y su eventual violencia. Y parece mentira, que tenga que rectificar o retractarse y hacer aclaraciones luego, para perfilar sus disparates y no empeorar la cosa, si es que cabe empeorarla más. Se ha comportado como cualquiera de los politicastros de tres al cuarto que inundan hoy el mundo con su neoconservadurismo preñado de mendacidad y de provocación. ¿No calculó las consecuencias? Imposible...
Jaime Richart, Argenpress.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y para mostrar lo errado que esta el Papa los musulmanes radicales amenazan.
Ya demostraron algunos musulmanes lo pacifico que era el Islam con el tema de las caricaturas.

Anónimo dijo...

Los extremos se tocan, de uno y otro lado, y lo malo es que no sólo se tocan sino que hacen las guerras. La historia del mundo está llena de guerras de religión.

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