jueves, 2 de mayo de 2024

LA MUERTE NO BLANQUEA UNA BIOGRAFÍA

Sin compartir todo lo que sostiene Raúl Solís en el artículo que firma en Diario Red acerca de Victoria Prego, la periodista que no deberíamos ser, fallecida recientemente, y que por edad vivió y contó profesionalmente el periodo de la Transición como también lo vivió este Lazarillo sin que se parezca a la versión oficial, sí coincido con el articulista en lo fundamental. No debería desestimarse en los obituarios que, respetando siempre a la persona fallecida y a sus deudos, se tuvieran en cuenta ciertos detalles biográficos que, como en el caso de Prego, sustraen a esta profesional de la información del ensalzamiento encomiástico sin reserva, según se suele hacer e hizo el maestro Gabilondo. Dice Solís de Victoria Prego, memoria oficial de la Transición:


La vida ha querido que Prego haya visto con sus ojos la impugnación del relato modélico de la Transición y el desprecio social a un poder mediático que trabaja para hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, pero sobre todo trabaja para aislar a quienes no aceptan ejercer de cortesanos. A los anales de la degradación del periodismo pasará su defensa de las informaciones publicadas contra Podemos, dentro de la veintena de causas judiciales abiertas contra los morados desde 2014. Todas archivadas.

Prego ha muerto justo cuando el lawfare se ha puesto de moda y es imposible esconder que en este país ha habido periodistas que se han dedicado a publicar informaciones falsas sobre adversarios políticos para llevarlos a la muerte civil. Como presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, nido de cronistas postfranquistas, en lugar de salir a defender el derecho a la información, Prego se posicionó contra Podemos por denunciar el uso del lawfare para destruir su honorabilidad.

Sin embargo, a quien siempre defendió Victoria Prego es a su gran amigo Juan Carlos de Borbón, a quien le tejió un relato de padre de una Transición modélica, pacífica y democrática y ocultó sus sinvergonzonerías y múltiples casos de corrupción. En el final de su carrera, Prego pasó a trabajar en El Mundo, periódico del que llegó a ser subdirectora cuando dedicaba páginas y páginas a la teoría de la conspiración, a negar las sentencias que decían que la autoría de los atentados del 11M era del islamismo y no de ETA.

Para que quedara claro el amor por la mentira de Prego, llegó a prologar el libro ‘11M, la venganza’, escrito por Casimiro García-Abadillo, que dedica las 351 páginas de su ensayo a merodear por la sospecha sobre el origen del atentado, sin importarle el dolor causado a las familias de las 192 víctimas mortales.

Tras la marcha de Pedro J. Ramírez de El Mundo, Prego se fue con Casimiro García-Abadillo de subdirectora a El Independiente. En este nuevo periódico digital se pueden leer innumerables artículos de los últimos años de su vida, donde deja claro que para ella el periodismo no es un oficio noble para hacer menos pobres a los pobres. Prego es la periodista mascota del poder por excelencia, por eso la unanimidad en los obituarios que la despiden como símbolo de la Transición.  

En esta línea panegírica, acrítica e impropia de un medio público, los informativos de TVE han despedido a Victoria Prego diciendo que “el periodismo libre queda ahora un poco más huérfano”. Las muertes se lamentan, pero la muerte no blanquea una biografía. Por muy bien que se entierre en España y por poco habituados que estemos a llamar a las cosas por su nombre.  

DdA, XX/5631

LA DEROGACIÓN DE LA MEMORIA DEMOCRÁTICA Y LOS BRIGADISTAS BRITÁNICOS


Félix Población

El historiador Allan Warren, especializado en el estudio de los brigadistas británicos que intervinieron en defensa de la Segunda República durante la Guerra Civil, estuvo no hace mucho en el término municipal de Calaceite, visitando el lugar donde discurrió un combate en el transcurso de la llamada ofensiva de Aragón. Los sublevados consiguieron entonces llegar al Mediterráneo y romper en dos el territorio bajo dominio republicano. 

Aquello ocurrió el 31 de marzo de 1938 y ya el año pasado se celebró un homenaje a los 300 soldados de la XV Brigada Internacional que se enfrentaron a entre 8.000 y 10.000 integrantes del Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV) de Italia. Warren, con quien tuve oportunidad de comunicarme ayer para solicitar información sobre un matrimonio de brigadistas británico, tiene previsto una conmemoración de más alcance el año que viene, con presencia de familiares de las víctimas, actos culturales y una exposición sobre las Brigadas Internacionales organizada por la Asociación de la Memoria Histórica de Aragón. 

De trece de los soldados británicos que perdieron la vida en esa batalla no se conoce el paradero de sus restos mortales. Se llamaban: Robert Wardle, James Bentley, Walter Clasper, Stephen Codlin, Stanley Donnell, James Duffy, Robert Grant, George Hardy, Richard Henderson, James Keogh, James Miller, Walter Sproston y Walter Tapsell. Entre las víctimas recordadas en Cuevas Labradas -lugar en el que se conserva el edificio que sirvió de hospital-  figura Allan Kemp, un soldado escocés que fue ejecutado por los propios republicanos como desertor, según mencionó Warren, cuya última intervención durante su estancia en Teruel fue para recordar al brigadista James Neugass, un poeta estadounidense que contó su experiencia combatiente en España en un libro de memorias. 

No ha podido faltar, entre los comentarios del historiador británico, su preocupación ante los criterios del nuevo gobierno autonómico de Aragón (PPVOX) al derogar la Ley de Memoria Democrática, pretendiendo dejar sin memoria esa página de la solidaridad internacional contra el fascismo, tal como intentaron quienes enterraron sin nombre a los brigadistas británicos.

DdA, XX/5631

GIJÓN Y EL TURISMO PARA SACAR CUARTOS

 


No sólo afecta a la vieja villa asturiana y cuna de crianza de este Lazarillo, puesta de moda gracias sobre todo a la gastronomía regional -cada vez más codiciosa y menos cualificada- y los entornos naturales, sino que el concepto que maneja el articulista -sacar cuatros turísticos a toda costa, y kilómetros de costa tiene muchos y muy dañados este país- se maneja por igual en los cuatro puntos cardinales, ya sean marinos o de interior, incluso en la mal llamada España vaciada, donde todo proyecto que parta de los gobiernos municipales tiene como condición sine qua non amontonar visitantes, montar ruido y comprar y vender, sin reparar en que hay otras posibilidades y que cada lugar podría ofertar alternativas distintas que deberían tener como denominador común no hacer del turismo, como dice Batalla, un extractivismo febril que explota lo que hay y no hay siempre del mismo modo y en contra del propio entorno que dice promocionar.

Pablo Batalla Cueto

En Gijón se hará un trenecito turístico que recorrerá —se anuncia— la avenida del Molinón y el Muro, nombre popular de la calle Rufo García Rendueles, que es la que corre paralela a la playa de San Lorenzo. Gijón, en tiempos de cambio climático que va volviendo irrespirable la costa mediterránea, empieza a tornarse un nuevo Benidorm; meca turística de un Cantábrico de moda. Pero tiene gracia este tren. Tiene sentido organizar uno en Toledo o Sevilla, ciudades plenas de joyas patrimoniales. Un tren en el que te lleven a Itálica o a los miradores del Tajo. El anunciado en Gijón significará sablear a los foriatos para llevarlos a contemplar un estadio feo y con más porquería encima que los talones de un hippie (El Molinón es el templo del fútbol español, el estadio más antiguo del país, pero no podemos decir que sea un templo bello); un parque normal y corriente (el de Isabel la Católica); una fachada marítima cuyas altas y antiestéticas torres de pisos del desarrollismo en primera línea de playa se han puesto de ejemplo durante años de todo lo que no hacer en materia urbanística; una escalera grande. Que los gijoneses tengamos a La Escalerona —una escalinata racionalista de acceso a la playa construida en 1933— por uno de los grandes monumentos de la ciudad dice bastante de que la misma tiene algunos encantos (una buena gastronomía, una buena vida nocturna; cada vez más caras, eso sí), pero no los que permiten ser candidata a Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Sin embargo, habrá un trenecito; se embutirá el trenecito como a puñetazos en la maleta minúscula de atractivo patrimonial de una ciudad que fue un humilde pueblo de pescadores, sobre el que un día advino la brusca elefantiasis del convertirse en polo industrial.  

El turismo es un extractivismo febril que explota lo que hay y lo que no hay; un fracking del sacar cuartos a los desavisados visitantes; uno tan contaminante como el fracking propiamente dicho, si pensamos en la insostenibilidad inconcebible de los cruceros o las esquilmaciones hidrológicas provocadas por los campos de golf o los grifos abiertos por flujos de millones de turistas. El agua ya escasea incluso en Llanes, donde rastrean nuevos acuíferos para mejorar una traída ya insuficiente, que no lo sería para 10.000 habitantes, pero sí para un cuarto de millón de turistas. Pero el extractivismo de la publicidad turística engañosa sigue. Drill, baby, drill. La propia lista del Patrimonio de la Humanidad, pensada en inicio para un exiguo puñado de tesoros abracadabrantes, ha acabado concediendo su codiciado sello a lugares muy corrientes. En Gijón lo reclaman para la Universidad Laboral, la segunda edificación franquista más grande de España, después del Valle de los Caídos; suerte de falansterio fascista autárquico, con huertos y talleres, pensado para redimir a la Asturias roja; construcción curiosa, interesante, pero que no parece que tenga mucho sentido equiparar a Machu Picchu, las pirámides de Guiza o Angkor Wat. 

Bromea en Twitter la cuenta Tuntu asgaya que estaría bien hacer un trenecito turístico de Zeluán a Tremañes, y lo dice irónicamente, pero tiene razón. Un tren para recorrer la Asturias sucia, la Asturias del hollín. Tremañes, hoy un barrio más con todos los servicios, fue en tiempos el último círculo del infierno del Gijón chabolista; una barriada de calles enfangadas en la que las usinas de los alrededores hacían sus vertidos y los hijos pequeños de una nutrida migración portuguesa se morían de tifus. Zeluán es el extrarradio de la también industrial Avilés. Y entre medias están las dos plantas de la antigua ENSIDESA y otras factorías humeantes que fueron, en tiempos, meca de desertores del arado de toda España, que llegaban a Asturias con humildes maletas de cartón en las que cabía su seseo extremeño, su andaluz cantarín, su lengua gallega. Los locales los llamaban coreanos porque su miseria les recordaba a la de los refugiados de la guerra de Corea, contemplada en el NO-DO. Vivieron en chabolas y en colomines, fueron rebeldes y heroicos, murieron, a veces, de formas horribles, en accidentes laborales espantosos o a fuer de respirar miasmas nocivos, como el amianto o los efluvios de la mina de mercurio del pozu El Terronal, en Mieres, a cuyos empleados la esperanza de vida se les reducía drásticamente desde el momento en el que entraban a trabajar. Eran, sobre todo, extremeños y andaluces.  

Se podría, sí, hacer un tren turístico de la fealdad histórica, de las verdades sucias, un tour del hollín y el amianto y las tumbas de niños portugueses, que mire de frente al rostro del horror y de la injusticia, que recuerde la gesta de los sindicalistas y los curas obreros; pero el turismo realmente existente no busca eso, sino belleza real o trampantójica; biombos escapistas que hurten a nuestra vista las malandanzas del mundo. El turismo, ya lo decía Paco Martínez Soria, es un gran invento. Y a inventar se pone.  

Público  DdA, XX/5631

miércoles, 1 de mayo de 2024

ROSARIO DE ACUÑA Y LA FRATERNIDAD HUMANA DEL 1 DE MAYO

Ni siquiera como joya hemerográfica es de esperar que en las actuales ediciones digitales de El Socialista quepa republicar este artículo de la escritora librepensadora Rosario de Acuña, que Macrino Fernández Riera ha tenido a bien recuperar en el día de la fecha. Si se tiene en cuenta lo que Acuña sostiene en este artículo, publicado el 1 de mayo de 1916, este PSOE y este gobierno del PSOE que respalda con venta de armamento al Estado de Israel el genocidio en la Franja de Gaza, no está para compartir con coherencia las frases con las que la autora termina su artículo. Posiblemente muy pocos militantes del Partido Socialista sepan actualmente quien fue la firmante, aunque una parte del legado de Amaro del Rosal Díaz, que llegó a conocer a la escritora, contiene material sobre ella, depositado por expreso deseo de Amaro en la Fundación Pablo Iglesias: "¡Cantad, proletarios, vuestro triunfo! ¡El porvenir es vuestro! ¡Que la libertad os bendiga y que, al cerrarse nuestros oídos al rumor de la tierra, entremos en el camino de la inmortalidad oyendo, por última vez, vuestro himno, anunciador de la fraternidad humana!".


¿POR QUÉ LOS FRANCO VENDEN SUS VALIOSOS INMUEBLES, INCLUSO LA CASA NUPCIAL?



Félix Población

Ahora que están en venta las viviendas que tienen los descendientes del general en Madrid, siete por un total de 70 millones de euros en la calle Hermanos Bécquer, y que Francisco Franco adquirió durante su caudillaje, nos llega la noticia de que no hay forma de vender La Casina de la Piniella, la casona de 360 metros cuadrados que fuera propiedad de Carmen Franco y se encuentra a 15 kilómetros de Oviedo, en donde el dictador y su esposa pasaron su noche nupcial después de su matrimonio en la basílica de San Juan el Real, en el corazón de la ciudad. 

El palacete está situado en una finca de casi 300.000 metros cuadrados, en el concejo de Llanera. En seis años, la propiedad ha pasado de ponerse en venta por cinco millones de euros a los actuales 1,9, sin que hasta la fecha nadie se haya sentido atraído por residir en este edificio en el que la familia Franco Polo pasó algún verano durante la dictadura, circunstancia favorecida por la afición a la pesca del salmón que caracterizaba al extinto caudillo, no sabemos si con ocasión del noviazgo del militar con la asturiana o si a partir de esas estancias de la familia en Llanera. 

La noticia sobre venta de La Casina de la Piniella por una cantidad muy por debajo de que se acordó en 2018 la ha publicado el diario La Voz de Asturias, sin que pueda faltar entre las fotografías que ilustran la información las de la confortable, amplia y luminosa habitación nupcial en donde discurrió la noche de bodas de la pareja, una vez santificado su matrimonio. Carmen y Francisco se habían conocido en 1917, una vez el comandante Franco fue trasladado a la guarnición de Oviedo.

Fueron dos los años de noviazgo, con la oposición expresa del padre de la novia, que aspiraba para su hija un mejor partido, a ser posible de la clase alta ovetense. La guerra de África, en donde participó y ganó estrellas el militar, hizo que la boda se pospusiera en varias ocasiones, hasta que esa noche nupcial en La Casina de la Piniella fue posible.

DdA, XX/5630

QUE NO TIENEN RAZÓN, TIENEN LA LLAVE/ PARA QUE SU MENTIRA NOS CONSUMA



Lazarillo

El soneto que transcribo, perteneciente al libro de mi estimado colega Félix Maraña El bosque no es un árbol repetido. Sonetos y soñetos, presentado recientemente en la biblioteca del Ateneo de Madrid con música y canto, no tuvo tanta y distinguida audiencia en la soledad sonora del atrio de la pequeña iglesia de Voznuevo, pero este Lazarillo mantiene la utopía de que alguna vez estos lugares, cuyas losas han sentido los pasos de cuatro siglos -sobre todo los domingos y fiestas de guardar-, puedan servir de escenario a la cultura y la poesía, rescatándolos del apartamiento en que mantienen la sólida y pétrea estatura de su imagen, tan apegada al terruño que pareciera crecida de sus raíces. Me consta que ese afán es un imposible, porque los pueblos se vacían y nada ni nadie parece dispuesto a rescatarlos para la vida que tuvieron o pueden tener como territorio de sosiego y cura para cuantos desventurados pacientes de los estragos del ruido y la prisa que tanto y a tantos hieren. Podría darse el caso de que alguna vez volvamos a pretender pensar por nosotros mismos y dejar de ser manada, propiedad de quienes tienen todos los resortes de manipulación para estabularnos y nutrir cada vez más con futilidades de toda laya nuestra predispuesta y casi inconsciente mansedumbre. No estaría nada mal, si se diera el retorno a esa búsqueda de la razón y los sentidos que vamos perdiendo o nos van sustrayendo de la entraña, hacerlo donde el silencio reconforta, el aire tiene un aliento inmemorial a tierra, huerto, nube y árbol, y la vida discurre monte abajo haciendo sonar la cadencia de su pulso en las aguas manantiales. Es en entornos así donde versos como estos de Félix Maraña, leídos en la sonoridad antigua y recoleta de estos atrios vacíos que miran al fresco y luminoso verdor esmaltado y florido de los valles, se nos quedan más adentro, listos para acompañarnos en bicicleta con la lumbre de su lucidez por los caminos boscosos que trepan sinuosamente las montañas:

Tanta verdad inapelable abruma/ y conmueve saber, si es que se sabe,/ que no tienen razón, tienen la llave/ para que su mentira nos consuma.

Todo su predicado se hace espuma,/ vago claror donde confunde un ave/ -somo la bruma que encubrió la nieve-/ el monte disfrazado entre la bruma.

Todo su discurso extraordinario/ se asemeja a los rictus del rosario,/ repitiendo sin más la misma nada.

Repitiendo baboso silabario,/ disfrazando ante el mundo su ideario:/ convertirnos a todos en manada.

DdA, XX/5630

martes, 30 de abril de 2024

EL LIBRO DE SIEGFRIED MEIR QUE ABRAZA A SATURNINO NAVAZO


Tony Álvaro

El 30 de abril de 2020 moría Sigfried Meir Bacharach, niño superviviente de Auschwitz. Morían con él Luis Navazo, nacido en la calle Quijote de Madrid; y Jean Siegfried, figura de la chanson allá por los años 50. Morían también un galerista de arte africano, un creador de moda, un restaurador de éxito y un rey de la noche ibicenca.
Siegfried Meir nació en Frankfurt en 1934. Familia judía ortodoxa. Malos tiempos para la lírica y para lo más prosaico también. Siegfried no puede ir al colegio, ni entrar en tiendas, ni jugar en parques…sí, el fascismo se parece bastante a una pandemia, es un virus frente al que muchos gobiernos se inhiben y no buscan vacuna.
La familia Meir Bacharach es deportada a Auschwitz. Siegfried tiene 9 años y se convierte en el número 117.943. Lo normal (la normalidad tiene recovecos muy inquietantes) era que lo destinaran de inmediato a la cámara de gas. Tuvo suerte y pudo escabullirse con su madre. En un barracón de mujeres permaneció a salvo, oculto entre los colchones y mantas de las literas. Allí vio morir a su madre de tifus.
Desesperado, se presenta a los guardias de las SS, a los que cae en gracia con su pelo rubio, ojos azules y perfecto alemán. Lo mandan a los barracones de los hombres. Allí le informan que su padre ha sido asesinado hace tiempo.
Infectado de tifus, Meir sanará gracias a las atenciones del doctor Mengele, al que también cae en gracia ese pequeño vivaracho de aspecto ario. La vida de Meir empieza a ser una concatenación de pequeños milagros.
Ante la proximidad del Ejército Rojo, Siegfried forma parte de una de las marchas de la muerte hacia Mauthausen. Primero un tren de vagones descubiertos bajo la nieve que deja vidas congeladas en el tiempo. Después a pie, hasta caer exhausto, sin conocimiento. Cuando vuelve a abrir los ojos está en Mauthausen. Alguien, al que no conocerá nunca, lo ha llevado en brazos para no dejarlo morir en una cuneta.
En Mauthausen se hará cargo de él un republicano español llamado Saturnino Navazo, al que los gerifaltes del campo han dejado vivir porque juega muy bien a fútbol. Saturnino cuidará de él hasta la liberación. Y cuando tras la liberación el destino de Siegfried apunta a un orfanato, Saturnino lo adopta. Pasa a llamarse Luis Navazo, nacido en la calle Quijote de Madrid, y con ese salvoconducto va a vivir con su nuevo padre cerca de Toulouse.
Siegfried Meir acumula méritos para convertirse en temido delincuente juvenil, pero el amor y la ética que los nazis no han conseguido arrebatar a Saturnino, le hace comprender al muchacho que estar vivo requiere de algún deber. Siegfried adorará siempre a Saturnino, aquel republicano español, burgalés, que a punto estuvo de fichar por el Betis y murió en el exilio en 1986.
Meir hizo prácticas de corte y confección, pero abandonó el coser por el cantar. En París se convirtió por unos años en popular intérprete de chanson, Jean Siegfried, hasta que se hartó de las imposiciones de las discográficas y abrió una galería de arte africano. Acaba hartándose de los aires parisinos en general y busca un lugar remoto al que huir. Formentera. Febrero de 1967.
En Formentera no hay nadie y de vuelta en barco a Ibiza, decide quedarse. Paso a paso se irá convirtiendo en uno de los personajes más populares de la isla. Abre restaurantes, triunfa con el ocio nocturno y abre la línea de moda adlib desde la tienda de una amiga. Nadie sabe nada de su pasado. Ni siquiera su familia. Cuando le preguntan por el número tatuado en el brazo, contesta que es el número de la Seguridad Social, que tiene muy mala memoria. Hasta que un día, su buen amigo Georges Moustaki le pide que desgrane la historia que hay tras ese número.
Siegfried cuenta su historia en un libro, La Resiliencia, y la contará en colegios e institutos, porque lo necesitaba, porque lo necesitamos, porque Saturnino Navazo estaría orgulloso, porque sabía que si lo contaba, pese a no confiar demasiado en el género humano, al cerrar los ojos mantendría la luz de aquellas madres que lo escondieron, de aquellos brazos anónimos que lo arrancaron de la gélida muerte, de los republicanos españoles que lo protegieron, de aquel futbolista burgalés que lo hizo sentir hijo amado, para protegernos de los que quisieran inyectarnos benzina en pecho para que no volviéramos a pasar por el corazón a los que dan algo de sentido a este mundo.

DdA, XX/5629

FUERZA CABE UNA CUANTA, PEDRO SÁNCHEZ


Félix Población

Dice Sánchez que ha decidido seguir como Presidente del Gobierno. Menos mal. Parece que se había creado un medroso clima de expectación pensando que iba a ceder el gobierno a las derechas que lo acosaron, la política, la judicial y la mediática, juntas y concordes en la operación derribo. Así, por las buenas, porque el pobrecito estaba muy harto de acosos "que no tienen precedentes", según escribió en su carta sin ninguna vergüenza. ¿Pero alguien pudo pensar realmente que tan acongojado y acobardado estaba Pedro Sánchez como para irse con el rabo entre las piernas sin que lo derrotaran las urnas? Los medios que crearon ese clima de expectación jugaron con la estrategia de don Pedro, que ahora se quiere presentar como adalid contra el lawfare y las fábricas del bulo con las que la derecha política nutre su lodazal de oposición. Ha dicho Sánchez que sigue "con mas fuerza si cabe". Como la fuerza no se le ha visto hasta ahora con los asuntos pendientes, ni siquiera con el lawfare que afectó a sus compañeros en el anterior gobierno, muy posiblemente estemos ante una frase hecha más sin ninguna trascendencia, porque lo que cabía esperar a su regreso de las jornadas de reflexión a las que se ha sometido era un poco más de substancia, tanto en su declaración para decirnos que sigue como en una entrevista de más de media hora en La Uno en la que, por fin, le ha reconocido al entrevistador que su caso sí tiene unos cuantos precedentes, entre los que está el de quien fuera su propio vicepresidente segundo, ante cuyas penalidades -acosado en su propio domicilio durante meses- mostró la más absoluta indiferencia. Fuerza cabe una cuanta, Pedro Sánchez, pero mucho me temo que su frase suena a eslogan de campaña electoral, como corresponde a esta húmeda primavera que disfrutamos, y ya sabemos do van la mayoría de los eslóganes de su partido. 

Léase@también: Y ahora, a legislar, editorial de CTXT. Algunas medidas concretas que pueden ayudar a la opinión pública a separar el grano de la paja y a mitigar (en parte) el violento clima ayusista que preside la esfera pública.

DdA, XX/5629