martes, 28 de marzo de 2006

La sucesión de Rajoy



Lazarillo

Hay ya quien piensa que si el señor Rodríguez Zapatero sabe administrar con tino la tregua permanente de ETA, el Partido Socialista acaba de ganar las próximas elecciones generales. Cierto que en dos años pueden suceder muchas cosas, pero dicha previsión no es impensable si todo discurre hasta entonces con mediana normalidad.

Ante ese futuro más que probable, corren por los mentideros políticos rumores a dos bandas referidos al porvenir del PP. Por una parte, y a raíz de las declaraciones a Europa Press del
señor Arias Cañete, secretario ejecutivo de economía de dicho partido, se cree que las legítimas aspiraciones de don Alberto Ruiz Gallardón de suceder a don Mariano Rajoy se incrementan. Tal hipótesis no se basaría en un posible maniobreo por parte de éste, como fomentan los medios más reaccionarios, sino en la propia lógica de la estrategia política, consecuente con una recuperación del centro-derecha.

Por otra parte, cada vez parece más crecida la certidumbre de que desde el diario El Mundo y la COPE de don Federico y el irresponsable episcopado español se conspira contra don Mariano Rajoy a fin de conducirle al abismo de la ultraderecha. El despeñadero de don Mariano estaría en las venideras elecciones generales, con su previsible y rotunda derrota ante la teórica pacificación lograda por el señor Rodríguez Zapatero en el País Vasco.

Los señores Zaplana, Matas, Acebes y Aragonés serían los propulsores de esa conspiración instigada por don Pedro el de la Jota y don Fede el de la COPE. Se dirá que la operación parece simplista por lo parvularia que resulta en mentes mínimamente civilizadas, pero por sus palabras a lo largo de estos dos últimos años sabemos que a más no llega su sinrazón y resentimiento.

Si don Mariano sabe jugar a favor del único proyecto válido para un Partido Popular moderno, deberá cuidarse más de la ambición de los más fieles del aznarato genovés que de la inteligencia y probada honestidad de don Alberto. Ha de saltar el charco neoconservador de su partido que le puede dejar empantanado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una pena la verdad que Rajoy se empantane porque piernas no le faltan.

Anónimo dijo...

Queremos ser republicanos y lo mejor para eso es que abdique el rey.

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